Abril de 1946
[Documento escrito para contrarrestar una apreciación pesimista que
en ese tiempo se hacía de la situación internacional. En la
primavera de 1946, el imperialismo, encabezado por los EE.UU., junto con
los reaccionarios de diversos países, intensificaba a diario sus
actividades antisoviéticas, anticomunistas y antipopulares, y pregonaba
que "la guerra entre los EE.UU. y la Unión Soviética es inevitable"
y que "es inevitable el estallido de una tercera guerra mundial". En tales
circunstancias, a causa de sobreestimar la fuerza del imperialismo, subestimar
la fuerza del pueblo y temer el imperialismo norteamericano y el estallido
de una nueva guerra mundial, algunos camaradas daban muestras de debilidad
frente a los ataques armados de la pandilla reaccionaria
norteamericano-chiangkaishekista y no se atrevían a enfrentar
decididamente la guerra contrarrevolucionaria con una guerra revolucionaria.
En este documento, el camarada Mao Tse-tung combatió tal concepto
erróneo. Señaló que si las fuerzas populares del mundo
luchaban firme y eficazmente contra las fuerzas de la reacción mundial,
podrían superar el peligro de una nueva guerra mundial. Al mismo tiempo,
indicó que era posible que los países imperialistas y los
países socialistas llegaran a ciertos compromisos, pero que tales
compromisos "no exigen a los pueblos del mundo capitalista contraer, a su
vez, compromisos dentro de sus respectivos países", y que "los pueblos
de esos países continuarán librando distintas luchas de acuerdo
con sus diferentes condiciones". Este documento no se hizo público
en aquel entonces y sólo circuló entre algunos camaradas dirigentes
del Comité Central. Se distribuyó en la reunión del
Comité Central del Partido Comunista de China celebrada en diciembre
de 1947. Como los camaradas presentes estuvieron unánimemente de acuerdo
con su contenido, el texto completo fue incluido más tarde en la "Circular
sobre las decisiones tomadas por la reunión del Comité Central
de diciembre de 1947", expedida por el Comité Central en enero de
1948.]
1. Las fuerzas de la reacción mundial están preparando efectivamente una tercera guerra mundial, y el peligro de guerra existe. Pero las fuerzas democráticas de los pueblos del mundo han sobrepasado a las fuerzas reaccionarias y continúan avanzando; deben, y sin duda pueden, superar el peligro de guerra. Por tanto, el problema de las relaciones entre los EE.UU., Inglaterra y Francia, por un lado, y la Unión Soviética, por otro, no es un problema de compromiso o ruptura, sino un problema de contraer un compromiso más tarde o más temprano. "Contraer un compromiso" quiere decir llegar a un acuerdo por medio de negociaciones pacíficas. "Más tarde o más temprano" quiere decir dentro de varios años, más de diez años, o un período aún mayor.
2. Un compromiso de este género no quiere decir compromiso en todos los problemas internacionales. Eso es imposible mientras los EE.UU., Inglaterra y Francia continúen gobernados por los reaccionarios. Esa clase de compromiso quiere decir compromiso en ciertos problemas, incluidos algunos importantes. Pero no habrá muchos compromisos de este género en un futuro cercano; existe, sin embargo, la posibilidad de que se amplíen las relaciones comerciales de los EE.UU., Inglaterra y Francia con la Unión Soviética.
3. Semejante compromiso entre los EE.UU., Inglaterra y Francia, por una parte,
y la Unión Soviética, por la otra, sólo puede ser el
resultado de luchas firmes y eficaces de todas las fuerzas democráticas
del mundo contra las fuerzas reaccionarias de los EE.UU., Inglaterra y Francia.
Tal compromiso no exige a los pueblos del mundo capitalista contraer, a su
vez, compromisos dentro de sus respectivos países. Los pueblos de
esos países continuarán librando distintas luchas de acuerdo
con sus diferentes condiciones. El principio que siguen las fuerzas reaccionarias
con las fuerzas democráticas populares es destruir decididamente todas
las que puedan y prepararse para destruir más tarde cuantas no puedan
destruir ahora. Frente a esta situación, las fuerzas democráticas
populares deben también aplicar el mismo principio a las fuerzas
reaccionarias.